Dientes apiñados, falta de espacio, problemas en la forma de morder (maloclusión),… estas son algunas razones por la que muchos padres e hijos hemos llevado alguna vez ortodoncia. Te has preguntado alguna vez por qué los humanos tenemos tanto problemas para tener dientes perfectos, mientras que los animales, como ese hermoso perrito que tienes como mascota, no. Incluso nuestros ancestros, aquellos Homo Sapiens de aquellos tiempos que sólo podemos ver en museos, tenían sus dientes alineados. ¿Te has fijado?
Con motivo del Día de los Animales que se celebra este 04 de octubre, hemos querido recuperar un artículo publicado por El Mundo que nos gustó mucho y en el que se da respuesta a esta curiosa pregunta. Te va a sorprender:
A modo de resumen, la culpa la tiene nuestra dieta y nuestros hábitos (como respirar por la boca, o roncar). No, no, no hablamos de esa dieta bikini que practicas cuando se acerca el verano. Estamos hablando de nuestros hábitos alimenticios. Como indica nuestra dentista especializada en niños y ortodoncista, Elizabeth Recarte, «comemos demasiada comida blanda. Por ejemplo, nuestros abuelos comían bocadillos de pan duro, y con ellos ejercitaban sus mandíbulas y dientes desde pequeñitos, favoreciendo su adecuado crecimiento. En cambio, a nuestros hijos actualmente les damos papillas, pan de molde, comida blanda. Todo más fácil pero en prejuicio del crecimiento de nuestra boca».
«La mandíbula se nos ha quedado pequeña por no ejercitarla»
Por tanto, nuestra mandíbula se ha quedado pequeña y nuestros dientes siguen siendo del mismo tamaño. ¿Cómo caben en nuestra boca? Pues no lo hacen, y por eso nos cuesta tanto tener dientes perfectos. Tenemos dientes apiñados, choques entre dientes, maloclusiones, encías inflamadas… Y con todo ello, se favorece la aparición de caries, inflamación de encías, fracturas dentales, problemas al hablar…
Hasta es más, como se indica en el artículo que mencionamos antes, una mandíbula pequeña puede tener otra consecuencia que cada vez se ve más en nuestra sociedad: la apnea del sueño.
«Tener la boca más pequeña significa que hay menos espacio para la lengua»
Esto se debe a que con una mandíbula más pequeña, es más fácil que la lengua se caiga hacia la garganta durante el sueño y acabe bloqueando la entrada de aire. Por no mencionar que nuestros hijos sufren de ojeras, duermen mal y a nosotros de adultos nos pasa lo mismo.
¿Puedo evitarle a mi hijo la ortodoncia?
En el caso de los niños, los dentistas pueden ayudar al crecimiento de la mandíbula para conseguir esos dientes perfectos que queremos. Lo hacen con aparatos pensados específicamente para el caso particular de cada niño. A esto se le llama ortopedia, y es una de las técnicas de ortodoncia infantil que disponemos en nuestra clínica dental Dentikids. Puedes saber más aquí.
En resumidas cuentas, se trata de una técnica que estimula el crecimiento de la mandíbula, corrige hábitos dañinos como roncar o respirar por la boca, y que está acompañado por ejercicios y asesoramiento.
Y no sólo esto, es una ortodoncia integral que considera a nuestros pacientes, adultos y niños, de forma integral. Es decir, considerando en el diagnóstico aspectos como la respiración o la dieta, para ofrecerles una solución que resuelva las causas reales de sus problemas.
Y además, que tu o tu peque tengan miedo al dentista, o diversidad funcional (autismo, TEA, Síndrome de Down, Síndrome de Angelman, Síndrome de Rubinstein…) no les impedirá aprovechar este tratamiento. Te ayudamos a superarlo.
En resumen, nuestra ortodoncia no se queda con lo superficial: alinear dientes. ¡Vamos mucho más allá!
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