
Con más de 4.000 años de historia, los piercings son más que una moda. En lo que atañe a la salud bucal, existen piercings en la lengua, en el labio superior e inferior, perforaciones en el moflete, incluso incrustaciones en los propios dientes. Independientemente de cuál se trate, estos son los cuidados básicos que debes tener para evitar un piercing infectado:
1.- Los piercings requieren instrumental médico como agujas y escalpelos que, si no son estériles o manejados con cuidados, te pueden causar graves daños como infecciones, contagiarte alguna enfermedad o dañarte algún músculo, nervio, etc. Por eso, el primer cudiado es: asegúrate de que el centro al que acudes es oficial y ofrece todas las garantías sanitarias.
2.- La boca es un lugar repleto de bacterias, por lo que tener una herida en la lengua conlleva riesgo de infecciones. Debes mejorar tu higiene bucal, acudir al dentista y usar colutorios para mantener las bacterias a raya.
3.- En las próximas 48 horas después de hacerte el piercing, sigue una dieta blanda, alimentos de fácil digestión como sopas o purés. Y por nada ingieras alimentos ácidos.
4.- Presta atención a la evolución del piercing. Si ves señales de inflamación, por ejemplo enrojecimiento, hinchazón severa, fiebre, incluso pus y pinchazos persistentes en la zona, acude a tu médico.

Lo que nunca debes hacer cuando te pones un piercing
1.- Nunca, jamás te lo hagas tú mismo o permitas que alguien no profesional te lo haga.
2.- Evita tomar aspirinas si tienes dolor después de haberte practicado el piercing, la aspirina predispone a las hemorragias.
3.- Por ninguna circunstacia debes fumar.
4.- No bebas alcohol. Te irritará la zona cuando está en medio del proceso de cicatrización. Evita también los enjuagues bucales con alcohol (los más comunes).
5.- No te toques la herida. La puedes contaminar y la irritarás ralentizado el proceso de curación.
6.- Evita los piercing de baja calidad, la mejor opción son las joyas de acero inoxidable quirúrgico.
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